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Tutoría narrativa y editorial
Una conversación profesional de 90 minutos para resolver una duda concreta sobre tu manuscrito o su publicación
Hay momentos en los que un texto no necesita más correcciones ni más tiempo, sino claridad. Cuando una duda concreta se enquista, seguir trabajando sin una mirada externa suele aumentar el bloqueo y erosionar el criterio. La tutoría narrativa es una intervención puntual y precisa pensada para identificar el problema real, tomar una decisión con fundamento y seguir avanzando sin ruido.


Qué es una tutoría narrativa
Una intervención directa, precisa y profesional
Una tutoría narrativa es una conversación profesional de 90 minutos centrada en el núcleo del problema. Antes de la sesión reviso el material necesario o la información que el autor me envía, siempre orientada a la duda que quiere resolver. No se trata de leer por leer ni de evaluar todo el manuscrito, sino de llegar a la sesión con el foco claro y el problema ya localizado.
Durante la tutoría no se dan rodeos ni se rellena tiempo. Se identifica qué está pasando de verdad con el manuscrito o con la decisión editorial y se trabaja hasta que queda claro. No se impone una solución desde fuera, se construye una comprensión sólida que el autor puede sostener después con autonomía.

Para desbloquear el proceso y
tomar decisiones claras
La tutoría sirve para resolver dudas concretas que están bloqueando el avance del autor. Dudas sobre el manuscrito, sobre su estructura, sobre su enfoque narrativo o sobre cómo y cuándo intentar publicarlo. Sirve para poner orden cuando hay demasiadas opciones abiertas y ninguna decisión tomada con seguridad.
No es un espacio para hablar en abstracto ni para ver qué pasa. Funciona cuando hay una pregunta real, aunque al principio esté mal formulada. Parte del trabajo consiste en convertir esa confusión en una pregunta útil que permita avanzar con criterio.

Para qué sirve una tutoría narrativa
Qué se puede resolver en 90 minutos
Un problema central que reordena todo lo demás
En 90 minutos no se resuelve un libro entero. Sí se puede resolver un problema central que, una vez aclarado, desbloquea el resto del proceso. Una decisión narrativa, una duda estructural, un enfoque de publicación o un bloqueo que llevaba semanas creciendo.
Con frecuencia el autor llega con varias dudas superpuestas. Al identificar cuál es la principal, las demás se recolocan solas. El trabajo deja de ser un laberinto y vuelve a tener dirección.
Cómo funciona en la práctica
Un servicio ágil también en tiempos y respuesta
La tutoría narrativa es rápida no solo en su duración, sino también en su funcionamiento. Desde que un autor me contacta hasta que respondo suelen pasar como mucho setenta y dos horas, siempre que mi calendario lo permita. No es un servicio que se dilate ni que quede en el aire.
Planteas tu duda, reviso el material necesario y fijamos fecha. La sesión dura 90 minutos y va directa al núcleo del problema, sin fases intermedias ni procesos innecesarios.
Para quién es y para quién no es
Un servicio de afinidad,
no de fuerza
La tutoría narrativa es para autores que ya escriben, tienen una duda concreta y quieren claridad para avanzar. No es para quien busca acompañamiento emocional, validación constante o que otro decida por él. Funciona cuando el autor está dispuesto a entender y a hacerse cargo de lo que ve.
Detalles prácticos
Formato y condiciones
Duración de la sesión, 90 minutos.
Formato, online.
Precio, 150 euros.
Respuesta habitual, hasta setenta y dos horas según disponibilidad.
PREGUNTAS
FRECUENTES
¿Tengo que tener el manuscrito terminado para pedir una tutoría narrativa?
No hace falta que el manuscrito esté terminado. Sí hace falta que exista un trabajo real y una duda concreta. La tutoría funciona cuando hay material sobre el que pensar y una pregunta que resolver.
¿Puedo pedir una tutoría solo para hablar de publicación?
Sí. Muchas tutorías se centran exclusivamente en decisiones de publicación. Se puede aclarar si tiene sentido enviar ya, si conviene esperar o qué estrategia es realista en ese momento.
¿En la tutoría corriges el manuscrito o haces reescritura?
No. En una tutoría no se corrige el texto ni se trabaja línea a línea. Se aclara el problema de fondo y la decisión que lo desbloquea.
¿Qué material tengo que enviarte antes de la sesión?
Solo el material necesario para resolver la duda planteada. Yo te indicaré lo que es necesario. El foco está en la claridad, no en la acumulación de lectura.
¿La tutoría sustituye a un informe de lectura o a un editing?
No. Puede evitar trabajos innecesarios o confirmar que esos servicios tienen sentido en ese momento.
Reserva tu tutoría narrativa
y editorial
Cuando dudas concretas te impiden avanzar
Si estás bloqueado con tu manuscrito o con una decisión de publicación y necesitas claridad para seguir escribiendo con criterio, una tutoría narrativa te permite identificar el problema real y decidir el siguiente paso con seguridad.
La tutoría narrativa y editorial forma parte de una manera concreta de entender el trabajo editorial, basada en la experiencia, el criterio y la claridad. No nace para alargar procesos ni para sustituir el trabajo profundo cuando este es necesario, sino para intervenir en el momento exacto en el que una duda mal resuelta empieza a contaminar todo el proceso de escritura o de publicación.
A lo largo de los años he visto cómo muchos manuscritos con recorrido real se quedaban bloqueados no por falta de talento ni de trabajo, sino por decisiones que nadie había ayudado a formular bien. La tutoría existe para ese punto preciso, cuando el texto ya está ahí y lo que falta es una mirada clara que permita entender qué está pasando y qué hacer a partir de ahora.
Es un servicio pensado para devolver autonomía al autor, no para crear dependencia. Para ordenar, no para añadir ruido. Para ayudar a decidir con fundamento y seguir trabajando con criterio propio. A veces no hace falta más tiempo ni más correcciones. A veces hace falta ver claro una sola cosa, y que esa claridad sostenga todo lo demás.