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  • Foto del escritorJimena Fer Libro

Quiero ser escritor, pero...

Actualizado: 8 feb

Quiero ser escritor, pero siempre hay algo que frena y es superior a mí. Querer no siempre es poder. Repasemos planteamientos y técnicas para romper esta impotencia, entonces.

Ser escritor implica muchos ritos de paso. El primero de ellos consiste en darte permiso para ser escritor. Suena sencillo pero no lo es para nada, por eso lo nombro como rito de paso. Y es un salto cuántico. Pero si quieres ser escritor y simplemente no puedes, te sientes incapaz, es que entonces hay una fuerza mayor que lo impide. Es como si amaras a alguien y nunca se lo dices ni le abrazas. Amas la escritura, pero no la practicas al completo ni te entregas a ella. 


Índice de este artículo:



Quiero ser escritor, pero no puedo

Sentir un deseo vital y no luchar por él al 100% implica un vacío que ocupa en muchas ocasiones el lugar de la rabia y la tristeza. El vacío se hace cargo de ese territorio para llenarlo, curiosamente. Nos hundimos en la boca del estómago hasta olvidar por completo ese deseo primordial porque caemos bajo este peso del vacío y nos acabamos acostumbrando a él tanto que ya no sabemos qué hacer sin él.  Pero un día vemos un cielo estrellado y ese deseo del más allá de uno mismo y  el hundimiento propio toma otro cariz. Entonces ya es imposible la normalidad de no ser. Pero, ¿qué hacer?



Sobre lo relacionado con "quiero ser escritor, pero..." Mario Vargas Llosa: "Que nadie deduzca de esto que la literatura garantiza la felicidad: trato de decir que quien renuncia a su vocación por "razones prácticas", comete la más impráctica idiotez.  Así, hacia finales de 1958, en una pensión de la calle del Doctor Castelo, no lejos del Retiro, quedó perpetrado el acto de locura:  "Voy a tratar de ser un escritor".  Sólo se podía ser escritor si uno organizaba  su vida en función de la literatura; no si uno pretendía  organizar la literatura en función  de una vida consagrada a otros amos.  En tal caso, el resultado era la catástrofe. "
Cuando Mario Vargas Llosa se dijo "Voy a tratar de ser escritor" en 1958.


Quiero ser escritor, pero creo que no puedo serlo

Un rito de paso marca un salto sobre el vacío e implica un proceso de muerte para renacer. Hay algo que necesitamos dejar atrás de forma muy consciente y corriendo algún peligro. Atrás se quedará aquel que se creía que no puede ser el escritor que quiere ser, que es imposible escribir porque eres esto o lo otro,  es imposible publicar porque solo publican los famosos,  los influencers,  los que tienen millones de usuarios y tú precisamente no, obvio. Nadie te querrá, o mejor dicho: aquellos que quieres, no, te quieren. Estás convencido de que tú no puedes ser el escritor que quieres ser. No cabe en tu cabeza que esa posibilidad exista. Incluso he conocido a muchos autores noveles que son más refinados y entonces afirman que sí, sí pueden ser escritores, pero con condicionantes de distinto calado y se ponen a sí mismo en rebajas antes de empezar. De esta manera disfrazan sus noes y peros.

Las razones son múltiples y las he escuchado de todo tipo.  Pero al fin y al cabo, todo se reduce a una única pregunta y una única respuesta:

¿Quieres ser escritor y crees que puedes serlo?

Ser escritor,  contar historias para entretener, para conocer o conocerse, divertirse,  evadirse , descubrir, para encontrar la magia de ti mismo en la vida, para… ¡lo que quieras! y llegar a todos los lectores que están esperando tu historia y que pueden estar en cualquier lugar del mundo.


¿Quieres ser escritor y crees que puede serlo? 

Tanto en mis cursos como en las redes, una amplia mayoría contestaría que no, con variantes. No,  es difícil, no soy capaz, no tengo talento, no tengo inteligencia, no sé, me bloqueo, no tengo tiempo,  no tengo esto o lo otro, no puedo, no puedo. No quieres mostrarte, no quieres decir que eres escritor, no quieres mostrar qué estás escribiendo, no quieres mostrar lo que escribes. El resto del mundo te parece un lugar peligroso.  


Y a más de uno tengo que literalmente perseguirle e insistirle machaconamente para que se entregue a la escritura cuando la quiere pero la rehúye. También con algunos es imposible, sobre todo los que dicen que sí pero luego resulta que no, así sin avisarte. Ni siquiera se sienten seguros reconociendo que creen que no pueden ser escritores, como si al decirlo quedara una marca para el resto de la eternidad. También están los que se castigan por desear ser escritores y acaban castigando a todas las personas que tienen a su alrededor y especialmente a quienes creen en ellos.  Si estás en la categoría del no, bienvenido, no eres el único y las manifestaciones de esa negación son múltiples. Pura resistencia. 


Quiero ser escritor, pero no sé si quiero

¿Deseas ser escritor, de verdad? Vamos a comprobar si ese deseo es real. Un deseo verdadero consta de tres aspectos muy definidos:


  1. No se puede definir : sentimos un anhelo por lo que nos falta pero no podemos describirlo o expresarlo de manera concisa y a veces ni siquiera a nosotros mismos. Sólo tenemos una sensación de lo que queremos.

  2. Dura en el tiempo: persiste incluso durante y después de recibir alguna satisfacción por ese mismo deseo.

  3. Es expansivo: implica buscar más y  no en cantidad sino en términos de profundidad. Deseamos algo más allá de lo cotidiano, es mucho más profundo.



Si resulta que tu deseo es verdadero, solo queda un paso. Y así volvemos al rito de paso,  todo lo que eras antes tiene que morir para que tú puedas renacer. No puedes tenerlo todo, tienes que elegir y apostar por lo que eliges mano a mano con la incertidumbre. 


"Nuestras dudas son traidoras y nos hacen perder el bien que con frecuencia podríamos conseguir, por miedo a intentarlo."
William Shakespeare

Quiero ser escritor, pero no me atrevo

El rito de paso. Se trata de un proceso que es realmente importante que hagamos de forma consciente. Es necesario que te digas que hay algo que ya no quieres y tiene que morir para comprometerte a algo que quieres para renacer. Ya no quieres al que se dice que no a su deseo y se acomoda. Ya no quieres al que se niega. Y necesitas gritarlo.


Completa el espacio de la línea de puntos: 
Ya no quiero .......... y me comprometo a esto porque quiero .......... para renacer. 

Tú y yo sabemos que eso no es sencillo. También, que peor es morir en vida con un sueño que se va marchitando, ¿verdad? El vacío pesa. Ya no puedes más. Y a menos que no seas de ese tipo de personas que no puede más pero se niega a verlo, podrás avanzar.


Quiero ser escritor, pero no quiero verlo

Todo empieza por ver y nombrar. Hay que mirar todo aquello que provoca que estemos frustrados,  enfadados,  agotados y que parece que hagamos  que lo que hagamos no logramos salir adelante. La vida nos mostrará a través de su insistencia que el camino por el que estamos yendo, el de la negación de un deseo vital, ya no es posible si queremos hacer algo válido para nuestro ser. La vida ya nos avisa que algo ya no da más de sí.  Se vuelve tan evidente que ya no puedes mirar a otro lado. Por eso mismo es necesario mirarnos tranquilamente,  con compasión y mucha sinceridad. Mirarse es fundamental. Mirar para observarse no es ni juzgarse ni culparse. ¡Nada de juzgarse! Porque eso es lo que puede destruir el cambio. Mucha gente cree que ver lo que pasa es una sentencia de muerte cuando en realidad es una sentencia de vida. 


Quiero ser escritor, pero no soy responsable

Luego viene lo difícil:  hacerse responsable de lo que está pasando. Ya no puedes más y esto se debe en parte a que tú lo estás sosteniendo y aguantando. Y sí, lo siento, pero así es. ¿Qué estás haciendo para facilitar lo inaguantable? ¿Y cómo es posible?  La causa radica en que  hay algo que no te estás dando permiso,  no te estás dando permiso para ser el escritor, la escritora. que sueñas ser. Es tu responsabilidad. Y esto duele, aumenta tu sensación de impotencia durante unos minutos. Pero es que es necesario ver lo que uno está haciendo, no hay otra forma de liberarse. No es el tiempo, no es la industria editorial, no es que alguien no quiera, no es la mala suerte, no son tus circunstancias sociales o económicas, no es tu salud. Eres tú. Empoderarte es hacerte cargo de esto. Aquí radica la verdadera valentía. Y solo a partir de este momento te recuperas y asumes tu verdadero poder. Necesitas abrazar la libertad para ser quien eres tú. Todo empieza por ver quién no eres.

Lo que más ayuda es ver y nombrar tomar conciencia de lo que está pasando y hacerse cargo de esta realidad para generar la liberación. Cuando te das cuenta de cómo te impides a ti mismo alcanzar este sueño de ser escritor,  vas a vigilar más tus impulsos en ese sentido,  vas a estar más atento y vas a poder luchar más por lo que quieres,  que en definitiva es escribir y ser escritor, ser escritora. Es necesario un compromiso contigo mismo para no volver a lo mismo de antes. 


Quiero ser escritor, pero mi lucha interna no me deja

Hay una estructura antigua que quiere salir y un yo que cree que no puede salir. Todo esto provoca muchas emociones encontradas. Quieres que el escritor salga a la luz pero todavía hay una estructura antigua que te lo impide. Estás en un parto sin epidural,  duele y no acabas de parir. Incluso puede que te hayas convencido de que no puedes parir porque eso te ayudaría a ahorrarte el dolor, la incertidumbre y un largo etc. 


Cuando estamos metidos en un proceso de este calibre pueden pasar dos cosas:

  1.  desde fuera, nos pasan cosas que nos demuestran que hay algo que no puede ser, la armadura se te desarma. Habrá un poco más de estrés, hay cosas que has construido y que fallan. En mayor o menor medida es como si estuvieras viviendo un terremoto de diferentes escalas

  2. desde dentro, te convences con una seguridad a toda prueba de que no vale la pena, que nada es cierto, no vale la pena intentarlo, muchos factores van en tu contra. Este proceso interno genera rabia y frustración. 


Y si no eres consciente de que eres el responsable de todo esto,  te vas a enfadar mucho con otras personas y las vas a culpar de que no puedes escribir, no puedes publicar, no puedes hacer esto o lo otro.


Quiero ser escritor, pero no es mi culpa

Lo antiguo persiste gracias a un aprendizaje familiar. Esto es lo que determina un crítico interno poderoso o un crítico externo igual de enérgico además de vergüenza tóxica. Este tipo de cuestiones están muy ligadas al verbo “deber” por regla general, también al qué dirán. Es fácil de observar que hay un sistema que te pertenece y que no te deja ser tú mismo. Esto es un autosabotaje en toda regla. Es un autocastigo y una autolimitación.

Para justificar esta impotencia existen el crítico interno y el crítico externo que son como vasos comunicantes en muchas ocasiones pero no siempre operan juntos. La auto percepción negativa conduce a esforzarse por ser perfectos. Esto lleva a trabaja tan dura e incesantemente en ello que se empieza a sentir resentimiento por aquellos que no lo hacen. Hay otros que hacen muy poco si los comparas contigo. Este resentimiento se va acumulando y puede que un defecto mínimo en otra persona desencadene hacia la decepción y frustración extremas del crítico externo. Después insiste silenciosamente y hace una lista de gente por todos sus defectos y traiciones. Se puede permanecer polarizado en el crítico externo hasta que se empieza a sentir culpable por esto, y de pronto, el crítico interno está de nuevo enganchado, juzgando a la persona, precisamente por ser tan crítica. La lista de los propios defectos entonces se reanuda con compromiso feroz. No, no, no y no.


Quiero ser escritor, pero no

Hay un  momento en que necesitas decir los noes hacia quienes realmente se los has de decir,  a quienes te hubieras enfrentado si hubieras podido en su momento original, cuando eras niño, cuando eras una niña, cuando no podías enfrentarte. Efectivamente, esto viene de aquel tiempo. Enfádate, es muy sanador.  Protesta.  Escribe una carta a esas personas. Obviamente no tienes que enviarlas y no por huir la confrontación sino porque se trata de un proceso tuyo.  Ahora se trata de ti y no tanto de los demás,  de qué puedes hacer para liberar esa parte tuya.  En el fondo, se trata de reconocer tu derecho a ser quien quieres ser. Y a veces esto requiere que niegues a quien te lo negó. 

¿Quieres escribir novelas o un libro de no ficción? Es simple. Pues,  estudia para hacerlo,  te preparas, practicas, investigas, buscas soluciones, te enfrentas a retos, cometes errores, prueba y ensayo y error y lo haces. Lo haces cada día mejor. Te formas y te informas.  Publicas, autopublicas o lo que quieras pero lo haces cada vez mejor para abrazar el éxito que quieres.  Es simple, aunque no es sencillo. Escribir no es fácil, pero es uno de los mayores placeres vitales que puedes experimentar.

¿Quieres escribir? Se trata de un movimiento para avanzar hacia lo que anhelas y que requiere valor. No hay muchas más opciones que la del movimiento responsable de tomar conciencia y luego empezar a hacer los cambios necesarios. Esto no es magia ni suerte. Puedes tener toda la suerte del mundo pero si no pones de tu parte no hay avance.  Pasemos entonces a las soluciones.


Quiero ser escritor y creo

Empecemos. Lo primero es creer que puedes cambiar esta situación

¿Qué sucede si te repites la frase "Quiero ser escritor y puedo serlo"?  Estás poniendo en marcha a tu cerebro en la región de la corteza prefrontal dorso lateral. Esta zona desactiva la corteza cingulada anterior y rompe la cadena de nervios que tiene en jaque a la amígdala y al sistema nervioso autónomo activando la respuesta de peligro, estrés e impotencia. Te estoy mencionando conexiones nerviosas que se encuentran en la parte subconsciente de tu cerebro, efectivamente. Pero cuando nos ponemos a repetir esta frase  "Quiero ser escritor y puedo serlo",  la parte consciente del cerebro se va de fiesta a reescribir sus rutas de impotencia.  El resto del programa cerebral se une a esta marcha triunfal. Kirsch (1985) y Bandura (1997) dieron con las claves de este proceso y llegaron a demostrar que las personas que tienen expectativas de mejora y que creen en sus habilidades para conseguirlo son quienes mejoran más y más rápido. Es solo el primer paso. No se cambian las cosas sin trabajo serio y profundo. 


Quiero ser escritor, lo veo y lo nombro

El siguiente paso es ver y nombrar.

Empieza por enumerar todo lo que te pasa con respecto a la escritura. Haz una lista. No es un escrito libre, no es escritura automática, es una lista.  Haz una lista de cada hecho que te sucede con respecto a la escritura desde más presente hacia atrás en el pasado y que te impide ser el escritor que quieres ser. 

Observa lo que está sucediendo y nómbralo. Pero puede que ni tú mismo sepas que está sucediendo porque te supera. Si has probado a hacer un compromiso con la escritura pero ni aún así has podido escribir,  lo primero es conocer la tumba de este deseo.

Como escritor cuentas con una herramienta muy poderosa, la imaginación. Cierra los ojos, ve a ese entierro y fíjate quiénes están allí. Tú simplemente observa. Luego escribe el diálogo que tendrías con cada uno de los asistentes, hazlo sin pensar, en un ejercicio de escritura automática, deja que la mano escriba sola. Si lo haces a mano y no en el ordenador es mucho más efectivo por las partes del cerebro que implicas.  Puede llevarte varios días y sobre todo será muy depurador. Hazlo el tiempo que sea necesario. ¡No releas! Ocúpate de que salga todo.

Y cuando hayas acabado, escribe sobre todo lo que sientes en este momento. Al final tira todo, no quieres guardarte todo esto. 


Quiero ser escritor y me equilibro

A continuación dedícate a un ejercicio de pendulación. Es una técnica que facilita el equilibrio interno. Consiste en que cada día vayas tomando nota de momentos en los que te has sentido bien escribiendo. Generalmente se empieza por algo muy pequeño, que puede incluso parecer insignificante. Por ejemplo: “ayer pensé en escribir y me hizo ilusión” o “el mes pasado escribí tres frases y eso me dio alegría.” Se trata de que vayas atesorando esos instantes.

Escribe cada testimonio uno en un trozo de papel y guárdalos en un frasco o una cajita. Hazlo durante un mes, al menos.  Lo que estamos haciendo es recuperar la memoria feliz, satisfactoria o alegre vinculada a la escritura. La pendulación consiste en ir de un extremo a otro, de la impotencia a la potencia para que  el todo se vaya equilibrando. No es un ejercicio de un día. Y a partir de ese mes, cada vez que te venga una imagen de impotencia con respecto a la escritura, lee tus trozos de papel para redirigir tu energía y equilibrarla. 


Quiero ser escritor y puedo hacer mucho al respecto

¿Qué más puedes hacer? 

Sobre todo, informarte para reconocer lo que sucede y poder actuar.  Por eso te recomiendo una serie de recursos importantes:


  1. Si se trata de autosabotaje, aquí tienes un artículo sobre la cuestión con un ejercicio que puedes hacer para empezar a tratarlo. Clica aquí.

  2. Si necesitas conocer cómo opera el crítico interno, lee esto, clica aquí.

  3. Si se trata de vergüenza a mostrar lo que escribes, vergüenza a confesar que escribes o de desearlo, tienes más información. Clica aquí.

  4. Si quieres cambiar los recorridos de tus neuronas para abrir nuevos caminos, esta meditación te ayudará, clica aquí. 

  5. Si se trata de hábitos y gestión de tiempo, el Planificador Anual 2024 te ayudará. Puede que no tengas tiempo o que te cueste tener el hábito de la escritura. Para eso tienes el planificador anual que está en la sección de mi web  “Aprender Gratis”. Allí  hay artículos sobre cómo organizar el tiempo cuando tenemos poco especialmente y cómo aprender hábitos. En cada mes hay un artículo, progresivos en dificultad para que cada uno vaya practicando este espacio de la vida. Pero recuerda que hay más y que las causas suelen ser más profundas. Clica aquí.

  6. Si se trata de que no sabes cómo empezar a escribir una novela, en Aprender Gratis tienes cuadernos para hacerlo que te permiten practicar lo más fundamental. Hazlo en este orden:

Amplía todo esto con los artículos del blog, comenzando por cómo escribir una novela paso a paso y los artículos relacionados con esto, en el blog los tienes todos. Y en Aprender Gratis hay prácticas de diálogo, voz narrativa, etc.


Quiero ser escritor y quiero un cambio

Y también podrías considerar una buena terapia. Si te lo puedes permitir, realmente es lo mejor que puedes hacer, no hay duda. A veces es difícil dar con el terapeuta que puede ayudarnos. Ya en 2024 contamos con diferentes modelos muy efectivos, por suerte. Y los hay que sirven de apoyo para estas cuestiones. Por ejemplo,  la Terapia Breve Estratégica es una modalidad que suele dar resultados muy prácticos en pocas sesiones, entre 8-12, para un problema concreto. El EMDR es otra técnica efectiva, pero que no debes usar si has sufrido algún tipo de abuso o negligencia antes de los 8 años y si este es tu caso, busca siempre un profesional especializado en trauma temprano porque los demás no te sirven, es algo muy específico. El modelo de Sistemas Familiares Internos (IFS) está dando muy buenos resultados desde hace décadas y especialmente con gente creativa. El modelo  de terapia ISTPD o Psicoterapia dinámica intensiva a corto plazo también ha probado suficientemente que trabaja de manera eficaz sobre cuestiones emocionales y sobre todo en cuestiones somáticas. 


Quiero ser escritor y quiero practicar técnicas contra la impotencia



Como has podido apreciar a lo largo de estas líneas, estamos frente a un tema de cierta profundidad. Este tema fue elegido en Twitter entre otros. Y dado que muchas personas comenzaron a escribirme, decidí ampliarlo con este artículo y con un más. Efectivamente, impartiré un webinario sobre este tema con herramientas y recomendaciones más específicas. En Twitter se está eligiendo la fecha: lunes 22/1/24 o martes 23/1/24. Y como el martes va ganado por un 65%, no creo que habrá cambios significativos.


Si te interesa este webinario "Quiero ser escritor, pero...", clica sobre la imagen y apúntate ya. Las plazas son limitadas.







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