Estrategias para conocerlos y solucionarlos. No todos los bloqueos son iguales y cada uno exige una solución diferente. Lo primero es conocer los bloqueos de escritor para saber exactamente qué te está deteniendo y porqué. Luego, aplicamos las soluciones. A continuación trataremos estos aspectos:
Tipos de bloqueo de escritor
No todos los bloqueos son iguales. Solo a través de sus causas puedes entenderlos y atajarlos. Comencemos por lo más básico: ¿qué tipos de bloqueos hay? Generalmente se deben solo a tres causas y así se clasifican:
bloqueo narrativo
bloqueo interno
bloqueo vital
A continuación nos detendremos en cada tipo de bloqueo de escritor y cómo puedes ayudarte para desanudarlos y escribir de manera fluida.
Bloqueo narrativo
Aquí también nos encontramos con tres subtipos:
bloqueo a la página en blanco
bloqueo por demasiadas ideas
bloqueo ante retos narrativos
Bloqueo de escritor a la página en blanco
El bloqueo narrativo ocurre cuando te enfrentas a la página en blanco y no sabes por dónde empezar. Puedes estar al comienzo, en medio o al final. De repente no se te ocurre nada. Esto es un bloqueo en toda regla. Es como toparse en un laberinto sin salida. Muy probablemente no has hecho un trabajo a fondo con la estructura desde el tema de tu novela. No has explorado tus ideas creativamente desde las elecciones narrativas marcadas por tu tema y tu estructura. Has llegado a la página en blanco completamente en blanco, o casi completamente en blanco. El bloqueo puede producirse por falta de ideas. o por falta de decisiones narrativas.
Bloqueo de escritor por demasiadas ideas
El bloqueo puede producirse por falta de ideas. ¡O por falta de decisiones narrativas! Parece que sucede lo opuesto al bloqueo de escritor por la página en blanco, pero no es tan así. Tienes tantas ideas, tantas opciones que no puedes avanzar. Y sí, esto es un bloqueo en toda regla también. Sientes que por más que corras, nunca llegas. Apuntas todas tus ideas, todas te sirven o ninguna. Y acabas enrocado en un sinfín de posibilididades que te conducen a no avanzar en tu escritura.
Bloqueo de escritor ante retos narrativos
En mi experiencia también me he encontrado con situaciones de un bloqueo muy específico que acarrea una gran resistencia a la técnica narrativa. Hay un tipo de escritor que quiere escribir en serio y cree que hacerlo consiste en ponerse a teclear o con su pluma en lo que suelen llamar un “flow”. Lo es, en parte. También es navegar en un ancho mar, dejarse flotar y no llegar a ninguna parte significativa narrativamente hablando.
Los escritores más noveles creen que la técnica les pone un corsé. Si así fuera se lo colocaría a todos y en cambio, hay muchos escritores que narran y para hacerlo necesitan técnica. Cada elemento técnico es un reto de tal magnitud creativa que una vez que lo alcanzan ya no se pueden imaginar otro tipo de escritura. la técnica existe para que abraces a tus lectores. La diferencia es esa: escribir consciente o no, escribir para otras personas o solo para ti. Ser la única persona que escribe a la deriva o ser alguien que cuenta historias para los demás. Lo siento, no hay medias tintas. Este tipo de resistencia y bloqueo de escritor nace del miedo a no ser capaz y por lo tanto se cierran las puertas. La resistencia también es una respuesta del sistema nervioso. este tipo de bloqueo de escritor requiere mucha paciencia, admitir que el error nos regala grandes oportunidades, olvidar el perfeccionismo y arriesgar. Este es el tipo de bloqueo de escritor que pide valentía y humildad por igual. Y cçomo no, persistencia.
Soluciones para el bloqueo narrativo
Las soluciones para cualquier tipo de bloqueo nunca son inmediatas. No se trata tampoco de que lo intentes una vez y ya esperes un cambio mágico. Los bloqueos se cocinan poco a poco y para erradicarlos necesitas paciencia y persistencia. Cualquier persona que te prometa una estrategia de resultados inmediatos en este apartado te está engañando.
Estas soluciones se implementan y las vas trabajando y adecuando según tus necesidades. ¿Dan resultados? Por supuesto que sí, lo he comprobado a lo largo de los años. También hemos de considerar que cada bloqueo viene con un mensaje. ¿Te has bloqueado con un eprsonaje en concreto? ¿O con la historia? ¿Quizás con el lenguaje?
No llegar al bloqueo en blanco
Para evitar este tipo de bloqueo es necesario considerar varias situaciones. Pero lo fundamental es que este bloqueo se rompe con preparación antes de ponerse a escribir la historia. Antes de llegar a la página en blanco tienes que trabajar el recorrido de tu novela o tu libro de no ficción.
Rompe el bloqueo a los rumbos. Trazar un rumbo es fundamental. Te pongo un ejemplo a continuación. Imagina que quieres viajar, pero no sabes dónde ir. Tienes tiempo, tienes el dinero y necesitas tomar una decisión ya mismo. Puedes ir a muchos lugares, se te presentan tantas opciones que te agotas antes de preparar tus maletas. Hay demasiadas opciones y te avasallan, puede que ni alcances a ver las opciones que tienes. Te quedas paralizado. Puedes ir a todas partes y acabas en casa.
Si quieres romper el maleficio del bloqueo al escribir una historia, lo primero que necesitas es saber dónde empieza todo y donde acaba. A partir de ahí hay varias posibilidades. Lo primero es elegir bien a tu protagonista para colocarlo en un momento y en un lugar concreto; luego, lo retas con un problema que se le cae encima y no se esperaba para nada. Esta sacudida inicial es lo que da el primer paso a toda la novela. Y tienes unos apuntes específicos sobre esto en un artículo si clicas aquí mismo.
Tanto si se trata de novela como si se trata de un texto de no ficción, el comienzo parte de las mismas coordenadas. Hay un personaje en un momento determinado de su vida y en un lugar en concreto con un estado de ánimo específico que se enfrenta a una crisis. Esta crisis se ha despertado gracias a un problema que se le cae encima.
Evitar el bloqueo narrativo
Otro de los disparadores del bloqueo de escritor es que posiblemente aún no te has puesto a reflexionar creativamente sobre lo que quieres contar. Esta parte del proceso de escritura implica dejarse llevar por el tema de tu novela o de tu libro. Bailas un tango con este tema en el que vas descubriendo sus diferentes facetas y todo lo que puede ofrecerte. Hay preguntas básicas que necesitas contestar para evitar el bloqueo y es algo que no se resuelve en un par de minutos: qué es este tema, cómo es, dónde ocurre, porqué ocurre, para qué sirven sus diferentes aspectos que vas masticando. Se trata de un proceso que no es muy largo pero sí requiere tiempo, dedicación y lo puedes completar en pasos muy claros tal y como te cuento a continuación.
Por eso te remito a estas tres entradas mi blog:
sobre cómo desarrollar el tema de tu novela
sobre cómo escribir una novela paso a paso
sobre cómo entender la estructura de tu novela
Cuando llegas a tu página en blanco llegas con mucho pensado, nunca en blanco.
Reflexionar es parte del proceso de escritura. Cuando un escritor se pone a escribir antes se ha imaginado todo aquello sobre lo que quiere escribir, se ha pasado días dándoles vueltas, conoce muy bien a sus personajes, sabe cómo atacarlos y cómo reaccionan, ha trazado un rumbo, sabe por dónde va la historia. Y así está proreparado para fluir.
El bloqueo interno
Ahora bien, puede ser que lo tengas todo muy claro o que tienes una visión y entonces no acabas de ponerte a escribir o bien al ver la página en blanco te paralizas. O no lo tienes todo claro ni un rumbo ni una visión (consulta el bloqueo narrativo) y no acabas de ponerte a escribir tu novela.
Aquí pueden concurrir uno, varios o todos los siguientes diferentes factores que disparan el bloqueo:
te niegas el derecho a escribir, el bloqueo surge desde el origen de todo;
te criticas de una forma muy incisiva sin compasión ni perdón, tienes ideas y el bloqueo nace porque te ahogas;
todo lo que escribes te parece espantoso, muy similar al anterior, el bloqueo es una suerte de autonegación;
necesitas que todo sea tan perfecto que no puedes ni empezar, el bloqueo surge del perfeccionismo que es un mito autopersecutorio;
no acabas de empezar por miedo al fallo que representaría, el bloqueo se acerca a la falta de compasión;
miedo a no ser muy capaz de escribir, el bloque equivale a una audotdestrucción total y no te das oportunidades.
Estas cuestiones normalmente se aglutinan bajo el paraguas de la procrastinación, la vergüenza paralizante tóxica, el crítico interno dictatorial, el perfeccionismo o el autosabotaje. Responden a cuestiones más profundas que a veces se manifiestan, de repente, a través de un bloqueo casi incontrolable. Lo primero que necesitas saber es que no se trata de una cuestión de voluntad y que cuanto más insistas y más machaques peor será. Pero sí hay acciones que puedes tomar para ayudarte y romper el bloqueo. Por suerte ya a estas alturas hay muchos recursos para solucionar estas cuestiones lo que sí te hará falta es una actitud constante y prestarte atención para ayudarte. Infórmate bien para poder alcanzar buenas soluciones para ti. No te escondas, no tengas miedo a nombrar lo que te sucede. Míralo bien de frente para empezar un nuevo rumbo que te conducirá directamente a desmantelar este bloqueo.
¿Por qué sucede este tipo de bloqueo interno?
Por estrés. precisamente. Lo tienes y en grandes cantidades, se ha ido acumulando a lo largo del tiempo sin que te des cuenta. Y no, no podías saberlo. Lo primero que necesitas saber es que en tu cuerpo el estrés se ha ido acumulando. La respuesta con un bloqueo está producida por un sistema nervioso con altos niveles de estrés que a veces ni notamos. En algunos casos puede suceder que tengas también problemas de digestión, que te enfermes más, que pilles catarros que antes no te afectaban, siempre te duele algo, te olvidas de cosas sin aparente importancia. Es el típico síndrome de la persona que se enferma al comenzar las vacaciones, por ejemplo. Luchas sin parar y te has ido quemando por no parar de luchar, tu cuerpo no puede más.
Domina el bloqueo, conoce tu sistema nervioso
El sistema nervioso está formado por el conjunto de neuronas que regulan las funciones involuntarias y ellas determinan diferentes formas de bloqueo. El sistema nervioso se subdivide a su vez en el sistema nervioso simpático y el parasimpático. Ambos necesitan comunicarse para que estemos equilibrados. Ambos bailan un vals. Se hablan y se ayudan. Se euilibran mutuamente.
Pero son dos sistemas completamente antagónicos. El sistema nervioso simpático es acción, nos empuja a huir del peligro o enfrentarnos a él. El sistema nervioso parasimpático es reposo, es el que nos paraliza en mayor o menor medida si estamos en más peligro. Ahora bien, ¿es necesario que haya un incendio o un terremoto para que se despierte el bloqueo? No. En un sistema nervioso sobrecargado de estrés, hasta el trino de un pajarito puede volverse el disparador de un bloqueo.
El sistema simpático, el que es acción, es clave en la reacción al estrés, pone en marcha la respuesta ante lo desconocido, lo que no controlamos o aquello con lo que no estamos familiarizados. Pero si está activado constantemente produce que se active el sistema parasimpático de manera permanente. Ya no hay comunicación ni vals ni equilibrio. Ya no se ayudan. Estás más cansado, se te olvidan cosas sin importancia, te cuesta más levantarte por las mañanas, tienes digestiones más difíciles. Empiezas a procrastinar y llegas a un estado de parálisis en algún aspecto. El bloqueo sería un aviso que te está enviando tu cuerpo de que hay algo más, de que hay mucho estrés en tu cuerpo. Este bloqueo no es tu enemigo, todo lo contrario. Es un bloqueo que viene a avisarte de que hay algo a lo que hace tiempo que no prestas atención y que es necesario mirar. Quizás eres una persona tan luchadora que no te has permitido pausas y tu sistema se ha recargado de estrés. Quizás has tenido una infancia poco luminosa y hace muchos años que tu sistema nervioso no se regula. Tal vez tienes una enfermedad crónica, precisamente porque arrastras un estrés desde la infancia.
Soluciones al bloqueo interno
El bloqueo paraliza y hay una energía estancada a nivel somático. Si está estancada hay varias maneras de moverla. Algunas soluciones parecen tan simples que es difícil creer en ellas antes de practicarlas. Así que lo que te recomiendo es que las pruebes y que observes cómo respondes. Para el bloqueo e smejor olvidarse de las soluciones aspirina, es algo que se ha estado gestando y vas a necesitar constancia para resolverlo.
El primer paso es mandarle la información a tu cerebro y tu sistema nervioso central de que no hay peligro y así se desactiva la respuesta del sistema nervioso parasimpático y podemos romper el bloqueo. Para esto hay diferentes tipos de ejercicios, se llaman de contención y regulación somática.
Ejercicio de contención para el bloqueo interno
No hace falta más de un par de minutos. Pon tu mano derecha debajo de la axila izquierda y permanece así durante un minuto. Luego cambia y pon tu mano izquierda debajo de la axila derecha durante otro minuto. Y finalmente cada mano en cada axila, es decir: la mano derecha en la axila izquierda y la mano izquierda en la axila derecha durante otro minuto. Este ejercicio también desbloquea los ataques de ansiedad.
Ejercicio regulación para el bloqueo interno
Es un ejercicio de apenas unos minutos. Ponte de pie y con los ojos siempre abiertos intenta localizar el bloqueo en tu cuerpo. Esté donde esté, obsérvalo, no tienes que hacer nada más. A continuación, fíjate qué textura tiene, qué color. Luego empieza a dar saltos y a brincar, sacúdete. Hazlo de verdad. Sacúdete como si quisieras sacarte un enemigo del cuerpo que te tiene atrapado como una garrapata. Sacúdete la garrapata. Y después de unos minutos, te dará por reír. Sigue sacudiéndote y déjate reír. Esta risa “tonta” es una descarga somática e implica que el bloqueo ya no es tal.
Si hay un bloqueo, necesitas movimiento. Y esto implica brincar y saltar, sacudirte literalmente hasta que empieza a darte una risa tonta. La risa, el llanto y el temblor son signos de que te estás desbloqueando. No basta con hacerlo una vez, por regla general.
Prevenir bloqueos
Muchas veces, sin darnos cuenta, nutrimos el bloqueo, le damos alimentos y vitaminas. Los pensamientos ejercen un gran poder sobre nuestro cerebro y el cuerpo. Si muestras a la mente constantemente un evento del pasado o un posible suceso negativo del futuro, tu cerebro entiende que es ahí donde quieres asentarte, donde quieres estar enfocado. ¿Qué se produce? Efectivamente, un bloqueo. La atención se queda enganchada y aprisionada en pensamientos negativos del pasado o del futuro, es decir, la mente no consigue gestionar y focalizar su atención de forma correcta en el presente. Si la atención es plena, podemos defendernos del peligro. pero si estamos pensando que todo está mal o todo está bien, perdemos la capacidad de atención y de reacción, el peligro viene sin que lo notemos.
Para entendernos de forma más visual, cada vez que pensamos en algo negativo, angustiante o perjudicial de forma constante, el cerebro recibe una señal para activar circuitos neuronales especializados que nos asentarán de forma fija en esas ideas porque entiende que estamos en peligro. La mente no distingue lo real de lo imaginario. Y así nos alejamos de la situación real, perdemos capacidad de reacción. Ojo, no se trata de irse al polo opuesto de la positividad táxica y que todo está bien pase lo que pase. Este tipo de pactitud anclada en los problemas o en que todo es maravilloso sin mas produce disociación, te separas de lo que está sucediendo, no entiendes ni la gravedad ni la ligereza de las cosas. Y entonces, aparece el bloqueo, nos quedamos congelados y sin capacidad de respuesta.
Por supuesto esto no quiere decir que si tienes un problema, que dejes de pensar cómo solucionarlo, faltaría más. Pero estancarse en que las cosas pueden ir mal o bien pase lo que pase es estancarse. Lo que quiero decir es que podemos ayudarnos a no bloquearnos y volvernos indefensos si detenemos la rueda del hamster y no le damos vueltas sin parar. Y sí, requiere voluntad y fuerza.
Crear espacios sin bloqueo
Vamos a entrarnos para crear espacios a salvo, para entrenar nuestros sistema nervioso para que podamos estar rpesentes. Sigue estas instrucciones al pie de la letra:
Cierra los ojos.
Baja por unas escaleras imaginarias contando de 10 a 1.
Cuando llegas a 1 te vas a un lugar que te encante. Siéntelo, es importante que lo hagas para que el cerebro lo entienda: siente la temperatura, tus pies sobre el suelo, mira al rededor. Luego ve a una habitación y allí te ves escribiendo y una vez más asocia los cinco sentidos con este momento: temperatura, texturas, sonidos, olores, sabores. Puedes quedarte el tiempo que quieras, poco o mucho, pero no más de 10 minutos.
Cuando has acabado, vuelve por el mismo camino, sube las escaleras de 1 a 10.
Abre los ojos.
Meditación diaria
Toda la meditación también tiene como objetivo acallar los ruidos de nuestro cerebro y de nuestro sistema nervioso para que al alcanzar un poco más de silencio celular y tranquilidad neuronal. Esta meditación en concreto está ideada para que nuestro sistema pueda contar con mejores posibilidades para desarrollarse en el camino de la escritura y sobrepasar el bloqueo de escritor, precisamente. No tiene un efecto inmediato, depende de la historia personal de cada persona. Lo crucial es ir estableciendo nuevas conexiones mientras el cerebro se tranquiliza.
Meditación escrita
Escribir de forma automática sin detenerse ni a pensar es una forma de desahogo y meditación. Puedes hacerlo de dos formas:
escribe sobre lo que sientes y te está pasando ahora mismo, cuanto más escribas sobre lo que te da miedo, los que te molesta y lo que te da rabia del bloqueo, mejor. No hace falta que guardes nada, incluso es mejor si lo tiras.
escribe contando que estás escribiendo y feliz, escribe sobre el lugar en el que estás, tu alegría y satisfacción. Le estás comunicando a tu cerebro que estás escribiendo y que continúe haciéndolo. Escribe con lujo de detalles sobre la experiencia, sobre cómo resuelves tu bloqueo.
El autosabotaje
Quieres escribir, pero te encuentras con impedimentos de diferente tipo. ¡Y tienes razones muy válidas! Querer algo mucho y no hacerlo es autosabotaje. Cuando ocurre te dices algo similar a “no tengo tiempo, no soy capaz, no sé qué hacer, nunca escribiré, no sirvo, no puedo mejorar, esto es muy difícil, no puedo, no sé por dónde empezar, tengo que hacer esto o lo otro, es un tiempo complicado, etc.” Quiero escribir, pero no puedo. Es una historia de amor con aquello que no te permite ser tú mismo. Es un bloqueo recurrente, un ahogo permanente.
Te facilito un test para comprobar si en verdad tienes este tipo de bloqueo y luego, un ejercicio para acabar con el bloqueo permanente del autosabotaje. Clica aquí para acceder.
Bloqueo vital
La vida golpea y mancha. Perdemos trabajos, las parejas nos dejan, hay amigos que traicionan, te comunican que tienes una enfermedad grave, fallece alguien importante para ti, o un ser querido está muy mal, tienes que asumir el papel de cuidadora de tus padres, pasas por un periodo de desgracia tras desgracia, no sabes cómo vas a sobrevivir el mes siguiente, etc. Cada una de esas experiencias es una muerte. Y no, mientras dura solo sufres y no aprendes nada. tampoco tienes fuerza para ver lo positivo de la experiencia, faltaría más. Y para volver a andar hace falta tiempo y saber cuidarse.
La propia vida es un cuento, un invento, una creación artística en la que nos narramos a nosotros mismos
Rosa Montero
La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero
Uno de los bloqueos de escritores más conocidos es el que sufrió Rosa Montero después del fallecimiento de su pareja. Estuvo cuatro años sin escribir.
Empieza por este precioso libro, quizás sea el abrazo que necesitas en este momento. Ten paciencia, ayúdate todo lo que puedas. En la escuela neurosomática se insiste mucho en la capacidad reguladora de los abrazos y la mirada comprensiva de alguien, especialmente de quien nos quiere. Si eres afortunado y tienes a alguien con quien abrazarte de manera profunda, hazlo. Abrázate a ti también, es un gran ejercicio natural de contención. revisa los ejercicio del bloqueo físico, hazlos y apóyate de todas las formas que puedas hasta que puedas resurgir y ver el sol. Clica sobre la imagen para acceder a más información sobre este libro en la web de la autora.
La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci
Pero hay más. Otra forma de superar estos momentos es dar con su trascendencia. Para alcanzarla se requiere una gran dosis de espiritualidad y encontrar el sentido profundo de aquello que nos está sucediendo. Este es un aspecto que está muy tratado en este libro. Tanto el libro como la película de Arjona nos llevan a un comprensión mayor y huyen de los relatos comunes que hasta ahora se han hecho sobre este incidente.
Si clicas sobre la imagen de la portada del libro, accederás a más información en la web de la editorial.
Lo que ocurrió en los Andes es tan desmesurado que actúa como un lente de aumento resaltando lo relevante y dejando en evidencia lo intrascendente. La primera lección que aprenden los sobrevivientes es como una metáfora: el frío que entra por el boquete de atrás es gélido, pero si se acurrucan para dejar la menor superficie expuesta y, fundamentalmente, si se abrazan, no mueren congelados: «pégame, sóplame la espalda, abrázame, dame calor», le dicen al de al lado.
Juan Antonio Bayona
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